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sábado, 6 de julio de 2013

Mateo 15: Lo que contamina al hombre

De acuerdo a los fariseos, Jesús no vivía de acuerdo a las reglas. Ante Dios, él no tenía pecado. La diferencia estaba marcada en que las reglas por las que los fariseos se preocupaban eran aquellas en donde había una regla específica para ciertas circunstancias y ellos la aplicaban para toda la vida. En la clase de hoy estudiaremos un ejemplo de esto. 

La gente había visto que los discípulos no se lavaban las manos antes de comer, y era momento de hacer público la inconformidad de los fariseos. Ellos aplicaban el pasaje de Exodo 30:18-21 para exigir el lavamiento de manos:
Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce,para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua.Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies.
Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para Jehová, se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.
Este mandamiento solo era para cuando los fariseos entraban al tabernáculo de reunión y no era aplicable a el Israelita laico.

Cuando Jesús recibe el reclamo fariseo, les regresa el reclamo y pide que le expliquen por qué permiten que el pueblo tiene permiso de faltar a dos mandamientos con la escusa de que ofrendan lo que les correspondería a sus padres:

  • "honrarás a tu padre y a tu madre" (Exodo 20:12) y
  •  "el que maldijere a su padre o a su madre, morirá." (Exodo 21:17)

Jesús se indigna por el derecho que sienten los fariseos de poder doblar la ley a su antojo pero no se queda ahí. Regresa al tema de comer con las manos contaminadas (sucias) y les dice:

No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Es decir, no te contaminas con lo que comes porque para eso es la digestión. El problema radica en que lo que dices te contamina el corazón porque expresa lo que está en tu corazón, lo que en realidad piensas.
Es notorio lo contaminados que estamos cuando "del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias." Mateo 15:19
Tomate un momento para poner tu corazón delante de Dios y pídele que te muestre en qué área necesitas que Él te limpie.

Clase

  1. Inicia la clase con un tiempo de oración. Pídele a Dios que ayude a los niños a comprender el pasaje Bíblico y que te ayude a ti a explicarselos a ellos.
  2. Lleva a clase fruta o algún otro tipo de refrigerio. Toma una parte y haz que se te "caiga" de la mano. Pregúntales si alguno estaría dispuesto a comerselo. Preguntales si creen que se enfermarían. ¿Por qué? Se cayó al suelo y está sucio... tiene gérmenes!!!! ¿Qué sucede cuando el estómago tiene contacto con la comida? ¿Qué le pasa a los gérmenes? Así pasa cuando estamos en comunión con Dios. Podemos digerir correctamente lo que sucede a nuestro alrededor y rechazamos o desechamos lo malo para retener lo bueno. 




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